imSi por el contrario utilizamos morteros de cemento en las capas inferiores, éstos, aún en bajas dosificaciones impiden por su baja porosidad la transpiración de los muros que cubren (produciéndose humedades de condensación en el interior de las viviendas), fraguan de una manera diferente al posterior revoco de cal, aportan sales de muy difícil extracción, favorecen, por retracción, entre otras circunstancias la fisuración de los revocos y además son mucho más duros que los revestimientos de cal que van a soportar, incumpliendo dos normas fundamentales constructivas.
Siempre es mejor tender dos capas de menor espesor incluso con conglomerantes de distintos grosores que sobrecargar el muro con un grosor excesivo que por su propio peso pueda llegar a descolgarse y al enfoscar ha de ser más más gruesa la cama adyacente al muro que la superficial. Por tanto un enfoscado de cemento siempre es más propenso a fisurar, por retracción, y por que es menos pobre en aglomerante y por tanto demasiado duros.